miércoles, 1 de julio de 2009


























































































































































Parece difícil
que semejante historia pudiera repetirse en la actualidad. Ferdinand Cheval tenía una inspiración, vivía aislado y daba forma a su sueño amontonando piedras. Sin modelo, sin intercambios, ni nada, a no ser la contemplación de unas postales procedentes de distintas partes del mundo que iba repartiendo a lo largo de su interminable gira por los campos de Drôme.

Más de treinta años tardó en culminar su obra de arte y tenemos motivos para pensar que nunca conoció el aburrimiento. Con piedras de extrañas formas, fósiles y arena, en un espacio de doce metros de ancho, veintiséis de largo y catorce de alto, representó todas las obras maestras de la humanidad: palacios orientales, castillos medievales, templos hindúes, chalet suizo...

En las galerías y cuevas del palacio figuran representaciones de Adán y Eva, Arquímedes, Vercingétorix y, por doquier, ingenuas sentencias de su propia cosecha mediante las expresaba el fundamento de la realización de su paciente obra. "Buscando, lo encontré, cuarenta años, he picado para hacer surgir de la tierra, este palacio de Hadas. Por mi idea, mi cuerpo todo desafió, tiempo, crítica, años."

Se queda uno sin palabras al contemplar esta obra inclasificable que es una de las joyas de la región de Rhône-Alpes. Entusiasmó al surrealista André Breton, y a Pablo Picasso, Max Ernst, Nikki de Saint-Phalle. Ellos crearon el mito del increíble cartero Cheval,,,

http://www.rhonealpes-turismo.es/articles/arquitectura/drome/disminucion/el-surrealista-cartero-cheval-158-5.html

1 comentario:

  1. Entrañable. El cartero que creó su propio reino de piedra mirando postales. Amanezco en Buenos Aires de la mano de Cheval y lo ayudo a empujar su carreta ...

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